domingo, 6 de mayo de 2007

CONCLUSIÓN

A lo largo de este trabajo, he ido acercándome a Carlos V, conociendo los distintos momentos que le tocó vivir, sintiendo hacia él piedad y admiración. No comparto la opinión de los historiadores que piensan que fue un hombre poco inteligente, ni que acometiera sus campañas por llenar su ego de vanidad, o por ser más relevante que todos aquellos reyes contemporáneos (Francisco I, Enrique VIII, etc), con los que tuvo que enfrentarse.

Carlos V, no buscó esta situación, pero supo afrontarla con dignidad y valentía, a pesar de que su máxima aspiración, una Europa espiritualmente unida y capitaneada por el signo de Roma, no llegara a buen fin. Eso sí, en ningún momento de su vida, joven o viejo, faltó a su deber de defender a Europa, bien en contra de los turcos o para defenderse de cualquiera de sus enemigos.

Tuvo un sentido ético de la existencia, que pondría a prueba hasta el final, con su adiós al poder, cuando ya ve que le faltan fuerzas para gobernar como él creía que un Emperador debería hacerlo.

Aquí es donde yo hago un paralelismo entre Carlos V y Lutero. Dos hombres atormentados hasta el fin de sus días, por el logro de una estabilidad espiritual que no supieron aclarar y compartir.

Me pregunto; ¿qué hubiera sido del Imperio, y de su composición geográfica y política, si en vez de enfrentarse, hubieran unido sus fuerzas para limpiar todas las deficiencias de esa Iglesia Papal y permanecer juntos bajo ella?.

Creo que el mayor problema de éstos dos personajes, a pesar de estar rodeados de gente, fue; una gran soledad desde niños.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Blog interesante y bastante completo para acercarse a la figura de Carlos V y a su reinado en Castilla. Sin embargo, no comparto el título ya que no habla en exclusiva sobre Lutero y Carlos V.
Las entradas, en ocasiones, pecan de cierta falta de profundidad. Esto se ve compensado por la cantidad de temas que se han abordado.

David Alonso